El proceso cerámico
Del barro a la pieza cerámica
I. Preparación de la arcilla
Escoger el barro
El primer paso para trabajar en cerámica es encontrar un tipo de barro plástico, moldeable. En el pasado, los alfareros tenían que cavar su propia arcilla de fuentes disponibles localmente, ya que no había otras opciones. Algunos alfareros todavía cavan su propia arcilla y sienten una conexión profunda con la tierra a través de este proceso.
La mayoría de alfareros y ceramistas, profesionales y/o aficionados compran la arcilla a diferentes proveedores y mayoristas de cerámica que existen en la zona. Se pueden comprar utensilios y alguna que otra herramienta, como esmaltes, óxidos por internet pero la arcilla con el peso que tiene resultaría muy costoso comprarlo por internet.
II. Amasar la arcilla
Preparar la «masa»
Amasar es el proceso de mezclar la arcilla a mano girando y presionando una bola de arcilla sobre una mesa, parecido al amasado del pan. El propósito es homogeneizar completamente la arcilla y eliminar todas las burbujas de aire.
Esto es particularmente importante, ya que la presencia de burbujas de aire en la arcilla provocará explosiones en el horno a medida que las bolsas de aire se expandan y exploten, y todo el trabajo y dedicación a esa pieza cerámica estará arruinado, así como cualquier otra pieza colindante en el horno. Sabrás si hay aire en tu arcilla si ves agujeros y burbujas, al cortar con un alambre o al amasar la arcilla.
III. Moldear la arcilla
A por la forma
Una vez la arcilla haya sido amasada completamente, procederemos a moldearla utilizando diferentes técnicas y métodos como el torno, el molde, a pellizco, con planchas, etc. Estos métodos o técnicas de modelado pueden combinarse o usarse solos. En caso de que la escultura o pieza cerámica no estuviera terminada, ésta se podría introducir en una bolsa de plástico, para que no pierda humedad y poder seguir trabajando con ella pasados unos días.
IV. Secado de la pieza
Dejar reposar y secar
Una vez que la arcilla ha tomado su forma final, comienza el proceso de secado. A medida que la arcilla se seca, pierde agua, se vuelve más rígida y comienza la contracción.
Después de que la pieza se haya secado durante unos días alcanzará lo que llamamos la textura o dureza de cuero. Esta etapa de secado se caracteriza por una pérdida de agua por evaporación que da como resultado la rigidez de la arcilla y la pérdida de cierta flexibilidad, pero como su nombre indica adquiere una textura de cuero. Y, es este un excelente momento para dar los últimos retoques a la pieza: quitar el exceso de arcilla, añadir asas a tazas pegándolas con la barbotina, incrustar elementos decorativos utilizando diferentes utensilios y herramientas, recortar la base de un tazón, etc. Esta es la última oportunidad para cambiar la forma de la pieza. Una vez que la arcilla se haya secado totalmente, ya no se podrán hacer cambios a la forma.
V. Primera cocción o bizcochado
Al horno
Una vez que tengamos suficientes piezas terminadas y secadas, procederemos a cargar el horno. El resultado de la primera cocción en el horno de la pieza es lo que llamamos bizcochado.
La temperatura del horno dependerá del tipo de arcilla que hemos utilizados, existe arcillas de baja y de alta, significando esto la temperatura a la que debe ser sometida.
Esta cocción endurece las piezas que aún conservan su porosidad y las deja listas para el siguiente proceso:
VI. Decorado y esmaltado
Hora de decorar
Ahora que las piezas están bizcochadas, están listas para comenzar el proceso de decorado y esmaltado. Existen diferentes formas de decoración con herramientas, con óxidos y pigmentos o esmaltes podremos decorar la pieza creativamente con diferentes técnicas de coloración. Podemos usar pinceles, esponjas, cepillos, sellos o también podemos sumergirlas enteras en un esmalte o bañarlas en diferentes esmaltes, rociando parte de la pieza, dejando otras al aire libre, combinando diferentes técnicas, según estemos inspirados.
La base de cada pieza debe estar libre de esmalte ya que en caso contrario se pegarían al suelo en la horneada final.
VII. 2ª Cocción o horneado
Espectaculares resultados !!
Nuevamente procedemos a hornear las piezas a baja o alta temperatura, según la arcilla y los esmaltes que hayamos utilizado. Esta última horneada es la cocción del esmalte para que la pieza finalizada tenga el efecto glaseado o vidriado y esté libre de porosidades para ser utilizadas.